Un desierto lleno de gente

martes, 5 de agosto de 2008

La municipalidad y el wen

*A pesar de las protestas de algunos funcionarios importantes, el estilo wen se puso de moda, con lo que se oscurecía el significado de los textos administrativos.

La frase “Prohibido estacionar durante las 24 Hs.” Podía escribirse así en estilo wen:

Que nada se detenga nunca.
Las horas, los vientos, las pasiones
no estarán mañana donde están hoy.
El viajero vuelve al aposento
donde quedó su amada
pero su amada ya se ha ido
y el aposento también.

Veamos otra ordenanza municipal: Prohibido escupir en el suelo. Pasémosla al estilo wen:

De los portones del alma,
de la morada del beso
del manantial del lenguaje
absténganse de salir
ofensas líquidas
a la dignidad horizontal
que nos sostiene,
manga de chanchos.


*Alejandro Dolina "La musa"

miércoles, 30 de julio de 2008

Un juego llamado porotito

3 días con bronquitis y sin Internet. Mis grandes amigos, aunque nada sabrosos, bromhexina e ibuprofeno me hacen compañía. La programación de la televisión cambia de conductores, nombres, escenografías pero no de tema ni de cantidad (ni complejidad) de puntos de vista. Los documentales son un bálsamo, pero ver tres seguidos me hace subir la fiebre. Pongo Los Simpsons. No es fin de semana y duran sólo media hora. Terminan y apago. La migraña me inhabilita para leer y mucho menos para estudiar. Pienso. Me aburro. Pienso. Veo la réplica en miniatura de la “Tango” (balón de los mundiales 78 y 82) y la tiro hacia el techo buscando que rebote en el cielorraso. Me aburre. Miro hacia el frente. Tengo una pared del cuarto perpendicular a la cama en la que hay colgadas varias “bufandas-banderas” de equipos europeos. Fijo mi vista sobre las dos primeras, las que están justo enfrente de la cama: enfrente mío. Y tengo la “Tango”. Se me ocurre un juego: lanzo la pelotita hacia la bufanda de la izquierda de tal manera que al rebotar pique en el colchón y quede con fuerza como para que la pueda lanzar contra la de la derecha y así sucesivamente. Eso hice, repetidamente, durante aproximadamente una hora. El juego, simple, pero sumamente entretenido me permite pensar. Y cuando pienso creo. Creo de “crear” y creo de “creer”.
Vamos a suponer que le pongo nombre: “Porotito” y lo patento. Que me filmo jugándolo y lo subo a you tube. Supongamos también que se transforma increíblemente en uno de los videos más vistos del mundo. Que se hace tan popular que le creo un reglamento y fundo la “Asociación Argentina de Porotito”. Que millones de personas se afilian en poco tiempo. Que el éxito de la asociación hace que alrededor del mundo se replique la experiencia. Que el juego gusta tanto que Bin Laden y Bush, Sanfilippo y Goycochea, Superman y la criptonita, Moreno y Fabianesi y todo el mundo se junte a jugarlo y terminen todos tan emocionados que firman las paces y negocian equilibradamente todo. El mundo entero vive en paz, feliz y con una riqueza que se reparte cada vez más equitativamente. Supongamos también que ya nadie muere por SIDA ni por ningún tipo de Cáncer. La muerte, para darle sentido a la vida, sigue existiendo pero curiosamente todo el mundo muere durmiendo y con una sonrisa en la boca. Simmons hace una publicidad cuyo slogan es “la almohada con la que te vas a morir” pero como todos los mercados se van acercando a la competencia perfecta surgen presiones para que se levante. El estado y las naciones no existen más y etcétera, etcétera, etcétera,
Supongamos, en conclusión, que mi juego pequeñísimo y sumamente boludo cambió el mundo. ¿Cambió el mundo?


En donde no había nada o mejor dicho donde había algo sumergido en (citando a mi amigo Pablo Linietsky) la multiplicidad de posibilidades ALGUIEN PENSÓ “lo que ya existía” en un contexto determinado y CREO ALGO (pronombre indeterminado con que se designa lo que no se puede nombrar). Le dio nombre e HIZO que forme parte oficial de lo que “existe”. La realidad, entendida como“todo lo que existe”, cambió. Pues ya existe “otra realidad” con miles de ALGO CON NOMBRE más. La realidad, al haber todo el tiempo por obra del hombre o de la naturaleza algo nuevo, es infinita y permanentemente dinámica.

Volviendo a nuestro ejemplo vemos que varios ALGUIEN PENSARON “lo que ya existía” en un contexto determinado y CREARON ALGO. Y así sucesivamente. No para al final cambiar el mundo porque el final del tiempo no existe y cambiar el mundo es, justamente, algo que pasa TODO el tiempo.

Porotito se creó y se reprodujo (reformulado) infinitamente. Como todo lo que hacemos: lo bueno, lo intrascendente y lo malo. Como Espacio AAENU.